EL BUENO, EL FRÍO Y EL MALO (DIARIO CÓRDOBA. DICIEMBRE 2007)

El día 28 de noviembre de 2007, año “glamoroso” de  la Ciencia en España, ha sido, probablemente, un día gris para el conocimiento científico en Andalucía. La razón se encuentra en tres noticias desconectadas, pero que podríamos aglutinar bajo el título modificado de un clásico del cine del Oeste,  que todos/as recordamos por  su intensa banda sonora, configurada mediante los silbidos de otro genial andaluz, Curro Savoy.

Comenzaba el día con un gesto bueno, tal vez sin consecuencias prácticas, pero amable, enmarcado en la visita de los Príncipes de Asturias para inaugurar el nuevo Rectorado. Pero tal vez no sea este acto protocolario lo más destacable de esta visita, sino la entrevista institucional que mantuvieron los miembros de la Casa Real con 12 jóvenes investigadores/as, en la que conocieron, gracias a estos trabajadores/as “en precario” sus inquietudes y la situación económica y laboral que atraviesan,  mientras los Príncipes abogaban por un mayor reconocimiento social para la investigación científica y destacaban su importancia a la hora de construir un país moderno.

Pero la mañana nos reservaba otras dos sorpresas más, que iban a cubrir de nubarrones educativos un soleado y apacible día de otoño. Una de ellas surgía de las páginas del suplemento de Educación del Diario Córdoba, con las declaraciones de  la Consejera Cándida Martínez, a propósito del año de la Ciencia. En la entrevista comentaba, respecto a las mejoras introducidas en las enseñanzas científicas, que se han incrementado el número de horas en materias instrumentales y se han desdoblado las matemáticas, como si la solución al escaso número de vocaciones científicas, las dificultades del alumnado en Ciencias o el analfabetismo científico de la ciudadanía pasase sólo por dar más horas de lengua o matemáticas, obviando los graves problemas de fondo. Preguntada sobre las quejas del profesorado de Ciencias, que piden más tiempo para estas áreas y más recursos para realizar  experiencias en Primaria y Secundaria, la consejera responde que son los centros, en base a su autonomía, los que deben repartir las horas de “libre configuración” entre aquellos ámbitos de conocimiento que estimen oportunos (se refiere a las dos horas en primero y una en segundo de la ESO que empezaremos a disfrutar el próximo curso).  A los que llevamos varios años reivindicando una mejora en la calidad de las enseñanzas científicas, estas palabras son un jarro de agua fría; es decir: un baño que nos deja “pasmados” y más helados, si cabe, tras el “caramelo en la boca” del congreso de Granada, para celebrar por todo lo alto el centenario de la Teoría de la Relatividad; las vaguedades y generalidades de la LEA y los decretos de la LOE, que ha dejado a las Ciencias como estaban (o peor, que es lo mismo que no hacer nada).

Pero la “penitencia” por estas declaraciones caería como una losa ese mismo día,  en la web “magisnet”, de la revista Magisterio,  con la filtración de los malos resultados del informe PISA 2006 (aunque dudo que la Consejera desconociese estos datos). Este diario lo tituló, con gran acierto, al día siguiente: “Andalucía es la comunidad con menor conocimiento científico”.  Recordemos las cifras: si las enseñanzas científicas ya estaban mal en España y en Andalucía, los resultados de 2006 no pueden ser más categóricos: España obtiene 488 puntos, por debajo del promedio de la OCDE, ocupando el puesto 31, de un total de 57 países; mientras que Andalucía, con 474 puntos, se coloca a la cola del Estado, en un ranking que encabezan Castilla y León y La Rioja, con 520 puntos. Pero si esto es preocupante (sin progresos desde PISA 2003), más preocupante es aún el que el 23 % del alumnado andaluz esté por debajo del nivel mínimo (es lo contrario a la equidad, en la jerga de PISA), mientras que en España es el 20 % y en Castilla y León, solo el 9%. O que el 3% de nuestro alumnado  obtenga un rendimiento elevado (excelencia, en términos técnicos), frente al 5 % de España o el 9 % de la Rioja.

Será a partir del 4 de diciembre cuando conozcamos oficialmente éstos y otros datos y los analicemos en profundidad. Mientras tanto, dejemos constancia de un buen gesto, de unas declaraciones que nos dejan “fríos” y de unos malos resultados. Todo ello reafirma nuestra postura y nos anima a seguir trabajando por la Cultura Científica, que es, frente a los grandes retos de la Humanidad, la esencia de la Cultura Democrática.

 

Casimiro Jesús Barbado López

Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica

CIENCIA SOCIAL, DIÁLOGO DE SABERES (DIARIO CÓRDOBA. 12.12.2007)

El pasado mes de noviembre tuvo lugar en Madrid el IV Congreso de Divulgación Social de la Ciencia: Cultura científica, cultura democrática. La Asociación de Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica estuvo allí y sacó sus conclusiones.

Durante tres días se han comunicado multitud de experiencias, multitud de ideas y un sin fin de preguntas y respuestas salpicaron el ambiente. El congreso internacional -bien apadrinado por el CSIC y la FECYT- logró reunir en Madrid a varios centenares de personas interesadas por el evento. Serían muchas las cosas a destacar.

Hoy queremos dar a conocer lo importante que puede resultar la colaboración entre la comunidad científica y la ciudadanía.

Dentro de la simultaneidad de comunicaciones, elegimos un conjunto de ellas que bajo el título de ´Modelos de participación ciudadana a través de la coproducción del conocimiento científico´ prometía algo diferente, algo nuevo. Era un menú desconocido pero nos atrajo la variedad. Al terminar, tras casi dos horas, superados todos los márgenes horarios, los asistentes aplaudimos con fuerza. Es algo extenso pero trataremos de abreviar. Se dan nombres y pistas por si alguien quiere buscar en Internet.

Abrió la sesión Santiago Tomás, de la Universitat Oberta de Catalunya. Su comunicación era muy sencilla: En Cataluña han elaborado una web dedicada al trastorno bipolar (ciclos de depresión alternados con euforia). Es un lugar de encuentro de los afectados, amigos y familiares. No hay publicidad ni apoyo institucional. Es un foro de no especialistas, la voz de los no expertos. Lo cierto es que los pacientes se han convertido en auténticos expertos, aparte del apoyo y compañía que se dan. En poco tiempo los expertos (psicólogos, psiquiatras) han empezado a visitar la web solicitando la ayuda de los enfermos para elaborar sus diagnósticos y facilitar los tratamientos.

La segunda nos sorprendió igualmente: Ricardo Silveira, Universidad Estatal de Campinas, Sao Paolo, Brasil. Nos contó una fantástica experiencia: La citada Universidad colabora -en igualdad de condiciones- con las cooperativas populares de triaje de residuos sólidos urbanos dentro de un proyecto de economía solidaria.

La información circula en la doble dirección, universidad-cooperativas, y múltiples mejoras han podido concretarse en la práctica. Universidad y cooperativas trabajan por la inclusión social. Investigadores y cooperativistas están encantados, a pesar de algunos problemas de comunicación. Las cooperativas de triaje se extienden por el país.

Florística y conocimiento científico en comunidades indígenas de la cuenca media del río Balsas fue comentada por Moisés Robles de la Universidad Autónoma de México. Estado de Guerrero, cerca de Acapulco. Bosque caducifolio. Alto grado de conservación. Entre población indígena y expertos de la universidad se han clasificado más de 500 especies de plantas. Se han fotografiado, se hicieron exposiciones y publicaciones. Funciona un consejo de estudio de ancianos que trabajan codo con codo con los científicos. Confluencia de intereses entre investigadores y comunidad local.

Comunicación social de las técnicas de neuroimagen y participación ciudadana, Alicia Rodríguez de la Universidad de Málaga. Estas técnicas permiten ver el cerebro mientras se siente, se miente o se piensa. Puede detectarse cierta propensión a la violencia o a comprar: respuestas diferentes ante diferentes marcas. Hay motivos para el entusiasmo, pues enfermedades como el alzhéimer o el parkinson ´avisan´ antes de que comiencen. Se trata de un terreno propicio para la participación ciudadana por las implicaciones neuroéticas que se derivan. Si manda el cerebro ¿no soy responsable de lo que hago? ¿Se puede conocer como una persona es? Las consecuencias de estos descubrimientos afectan a científicos, políticos, filósofos, investigadores, legisladores, periodistas, etcétera.

Diálogo de saberes entre el conocimiento tradicional y científico para la conservación de la piangua. Silvana Espinosa, Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras -Colombia- Costa Pacífica sur.

La piangüa es una concha, base alimenticia de una buena zona de Colombia. Las piangüeras son las mujeres que tradicionalmente las recolectan en condiciones de riesgo. Estas gentes detectan que la piangüa está amenazada debido a la sobre-explotación y solicitan la colaboración del citado instituto para conocer bien periodos de descanso, tamaño mínimo a recolectar etc. Trabajo difícil: cada afirmación de las piangüeras era contrastada por experimentos.

Finalmente, se comprobó que más tiempo de descanso de los criaderos no significaba más piangüas. Era fundamental que los pies de las piangüeras movieran la tierra. No mover la tierra significaba piangüas aprisionadas por ella y esto no permitía crecer al animal.

Actualmente las investigaciones continúan y la piangüa se está recuperando.

 

Sebastián Muriel Gomar

Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica