Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica (Diario Córdoba)

Existe en Córdoba un colectivo denominado Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica, constituido por profesores de enseñanzas secundaria y superior, que se creó en mayo del pasado año y que surge como respuesta a la situación de las Ciencias en el actual sistema educativo, en el cual la alfabetización científica queda fuera de la educación obligatoria y la enseñanza de las Ciencias es relegada a un papel secundario en la formación integral de la ciudadanía.

Sus objetivos son concienciar a la sociedad de la importancia de las Ciencias en la educación integral del ser humano, reivindicar medidas concretas para mejorar la Enseñanza de las Ciencias, promocionar la Cultura Científica en la escuela y en la sociedad en general, potenciar la comunicación entre el profesorado de Ciencias y de éste con la sociedad, mejorar la actualización científica del profesorado, elaborar documentos para la promoción y la divulgación de la Ciencia y reivindicar las Ciencias como materias instrumentales básicas en la formación y desarrollo de las personas. Los miembros del colectivo llevan a cabo este empeño de forma totalmente altruista, con generosidad y movidos por su amor a las ciencias.

Hasta ahora, sus actividades han consistido en tener reuniones con los representantes de los partidos políticos para transmitirles sus inquietudes y proyectos, y en colaboraciones periódicas en la prensa con artículos de divulgación de la Ciencia. El día 9 de marzo será su “presentación en sociedad” con una conferencia en el salón de actos de CajaSur titulada «Alimentos transgénicos: realidad y ficción, ventajas e inconvenientes» impartida por Gabriel Dorado Pérez, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Córdoba y dos días después, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, se celebrará un acto denominado “Las Ciencias a la Calle”, que pretende ser un primer paso para acercar las ciencias al ciudadano mediante la realización de sencillos experimentos.

En el tema de la cultura hay una cierta confusión. Por supuesto que cultura es saber de arte, de historia, de filosofía o de literatura. Pero la cultura no acaba ahí. La Ciencia también es cultura y la incultura científica de este país, en general, y la de los alumnos de secundaria, en particular, es muy preocupante. El conocimiento científico es un elemento imprescindible para poder interpretar el mundo que nos rodea, y hoy que tanto se habla de la sociedad del conocimiento, sería bueno que estuviésemos concienciados de que eso implica también poner a las Ciencias en el lugar que les corresponden.

Los expertos cifran en 60.000 los científicos que se necesitan para que España se suba al tren tecnológico y el crecimiento económico no se convierta a medio plazo en un espejismo. En este sentido, es fundamental concienciar a la sociedad y sobre todo a sus representantes, los grupos políticos, acerca del papel de las Ciencias en el progreso de la sociedad y la importancia de las materias científicas en la formación de los ciudadanos.

Si miramos a nuestro alrededor, veremos que estamos rodeados de fenómenos que tienen una explicación científica pero que la inmensa mayoría de la sociedad desconoce. También comprobaremos que la mayoría de los objetos y materiales que utilizamos se han podido fabricar gracias a la Ciencia y ya no es posible imaginar un mundo sin tecnología detrás de la cual está la Ciencia básica. Sin el conocimiento que proporcionan las Ciencias sería imposible alcanzar este grado de desarrollo y progreso.

Sin una base sólida en Ciencias nuestros alumnos estarán abocados al fracaso en sus estudios superiores y el desarrollo científico de nuestro país se resentirá notablemente.

Las Ciencias están maltratadas en la enseñanza secundaria y esto resulta paradógico. Esta denuncia no va contra las otras ramas del saber. Tan necesarias son las unas como las otras. Esta falsa competencia sería algo análogo a la pregunta ¿a quién quieres más, a papá o a mamá?

Los políticos deben poner remedio a cuestiones como que, según el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo (dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia), nuestro sistema educativo es de los que menos horas dedican a las Ciencias en la Unión Europea; que hay un uso muy escaso de los laboratorios en los distintos centros debido al horario insuficiente y al elevado número de alumnos por aula (30 en ESO y 35 en Bachillerato); que según los informes PISA de 2000 y 2003, los resultados de nuestros escolares en el ámbito científico son malos; que la formación científica es opcional en 4º de la ESO, cuando debería ser obligatoria; que está disminuyendo notablemente el número de alumnos matriculados en bachilleratos científicos, así como en carreras de Ciencias e Ingenierías, y que la estructura de los bachilleratos científicos es caótica, puesto que permite la titulación de los alumnos con graves carencias en conocimientos científicos básicos, lo que se traduce en una falta de preparación para la Universidad y que éstas tengan que diseñar los denominados “cursos cero” para los estudiantes de nuevo ingreso. Estos cursos son un claro reconocimiento del fracaso del bachillerato en la formación científica de los alumnos.

Por favor, pongan remedio a esto. Si necesitamos científicos, no maltratemos a las Ciencias en la formación de nuestra juventud. Nos estamos jugando una parte muy importante de nuestro futuro.

 

Juan José Ruiz

Miembro del colectivo Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica

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