III Foro Iberoamericano de Divulgación y Cultura Científica

La Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) y la Universidad de Córdoba, han organizado la sexta edición del Congreso de Comunicación Social de la Ciencia (CCSC2017) bajo el lema ‘Cultura y Ciencia. Viejos retos, nuevos medios’. En el encuentro se darán cita profesionales y expertos en comunicación, divulgación y promoción de la cultura científica con el objetivo de actualizar la realidad de la comunicación social de la ciencia en España. El congreso se celebrará del 23 al 25 de noviembre de 2017 en la sede del Rectorado de la Universidad de Córdoba (Av. Medina Azahara, 5, Córdoba, España).

La APCCC participa de forma activa en el Congreso con una comunicación el sábado 25 sobre nuestros Paseos por la Ciencia.

Algunas fotos de la jornada

HOAXES

Todas las semanas recibo algún correo electrónico encadenado. Los hay que informan de terribles amenazas víricas para nuestros PCs o de  trasplantes infantiles perentorios. Se denominan hoaxes. Hace pocas semanas recibí uno por dos vías distintas. Era una poesía satírica sobre la pereza  de un diputado a la hora  de ir al Congreso, atribuida a Fray Junípero Serra (1713-1784),  franciscano evangelizador de las Américas durante el siglo XVIII. El correo terminaba con un lacónico “piensen que fue escrito en 1700 y valoren su vigencia”. Era una forma sutil de sugerirnos que, desde el principio, los parlamentarios han sido un “atajo de vagos e impresentables”. La duda me asaltó al instante, ya que  no parecía  un lenguaje del dieciocho. Además, usaba  la palabra estrés, que  no había sido acuñada aún (lo que no significa que no lo sintieran los atribulados hombres y mujeres de aquella época) y, lo que era más importante, este fraile no llegó a conocer  las Cortes Generales, dado que las primeras datan de 1810. Investigué en la web y al momento hallé la respuesta: El  autor de los versos envenenados era un colaborador de  la derecha mediática, un tal José Aguilar Jurado, alias Fray Josepho de la Tarima. Los había recitado en un programa de radio que también pude escuchar (ahora llaman podcasts a estos archivos).

¿Cómo surgen este tipo de mensajes y porqué se extienden por la red de esta manera? No tengo una respuesta general a la primera parte de la pregunta, aunque sí creo tener elementos de juicio para aproximarme a la segunda. Y lo haré,  por “deformación profesional”,  ilustrándolo con dos correos relacionados con la Ciencia. El primero lo recibí en 2009. En resumen, el texto venía a decir  que el 27 de Agosto, a medianoche, el planeta Marte sería la estrella más brillante en el Cielo, tan grande como la Luna llena y que el suceso no se volvería  a repetir hasta el año 2287. Además desvelaba una explicación científica del hecho y las orientaciones para realizar esta asombrosa observación.

Al parecer, el engaño nació en el año 2003, cuando Marte alcanzó su máxima aproximación a nuestro planeta, situándose a unos 55 millones de km. Desde entonces circula por internet, repitiéndose a finales de agosto, a pesar de que con unos mínimos conocimientos  astronómicos cualquiera desmontaría esta leyenda urbana. Demos unas cuantas cifras: Marte  mide unos 6700 km de diámetro y, como hemos dicho, se encuentra a más de 55 millones de km (distancia mínima). Se observa en el cielo como una “estrella” de color rojizo que no titila,  con una magnitud máxima de -2,8 (cuanto más negativo sea este valor, mejor se ve el astro). La Luna mide 3476 km (la mitad que Marte) y se encuentra a una distancia media de 384.000 km. Su magnitud aparente en plenilunio es de -12,6. Ahora piense el lector  si una bola el doble de grande que  la Luna puede verse igual que nuestro satélite, si está 140 veces más lejos. ¡Claro que podría suceder si… Marte se acercase a la Tierra  hasta los 770.000 km (el doble de la distancia a la que se encuentra la Luna)! Si es así,  reflexionemos entonces sobre la posibilidad de acercarse y alejarse  en unas pocas horas  y en las consecuencias de semejante aproximación, debido a su influjo gravitatorio: Mareas gigantes, desvío de órbitas, colisiones planetarias, etc.

Me interesan también los hoaxes referidos a la salud. Recuerdo uno más antiguo sobre tampones. Se presentaba en forma de powerpoint. Dicho mensaje advertía que muchos fabricantes ponen asbesto para producir más sangrado y aumentar así las ventas. El falso mensaje también se refería a otros dos componentes, el rayón y la dioxina, considerados carcinógenos igualmente. El mensaje finalizaba con una recomendación para usar tampones hechos 100% de algodón. Consultando la web  supe que los tampones no contienen asbesto, que el rayón deriva de la celulosa y que, aunque las dioxinas se consideran perjudiciales para la salud, su presencia en los tampones (de algodón o de rayón, da igual)  es despreciable, muy inferior a la que proporciona la dieta.  ¿Fue un montaje de los fabricantes de tampones más “naturales”?  No lo sé.

¿Por qué siguen transmitiéndose estos mensajes si no tienen fundamento? Creo que la respuesta es muy sencilla y, a la vez, desoladora. La irrupción en internet de estos contenidos pseudocientíficos facilita su  multiplicación como patrañas en millones de cerebros interconectados, porque  sus usuarios no están protegidos por dos de los “anticuerpos” fundamentales para moverse por el mundo y vivir en sociedad: La cultura científica y el espíritu crítico. Y así nos va.

 

Casimiro Jesús Barbado López/ Asociación Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica

Miguel Servet y la libertad de conciencia

Un gran número de científicos (a todos nos viene a la mente la figura de Galileo) fueron considerados en su tiempo como heterodoxos. Heterodoxia significa defender que hay “otras” maneras de explicar las cosas. Que la tradición, la ortodoxia, no significa “la verdad para siempre”. En estos días del año 2011 los científicos celebramos los 500 años del nacimiento de Miguel Servet, el gran heterodoxo. Nacido en Villanueva de Sigena (Huesca), tuvo una vida agitada. Fue un rebelde contra el pensamiento establecido o impuesto.

Nació el 29 de septiembre de 1511 y falleció quemado en la hoguera en Ginebra en 1553 con 42 años. Estudió medicina pero sus inquietudes intelectuales iban mucho más lejos. Era un radical. Si desde el inicio de la ciencia cristiana, los estudiosos tuvieron que recurrir a conceptos filosóficos para intentar formular y expresar los contenidos de la fe, Miguel Servet quiso purificar las expresiones teológicas desposeyéndolas de lenguaje griego. Servet buscaba la verdad oculta en los lenguajes farragosos de los estudiosos.

Dos facetas de su personalidad son las más destacadas: las de teólogo y científico. Los intereses intelectuales y apasionados de Servet abarcaron muchas ciencias: astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología y el estudio de la Biblia, matemáticas, anatomía y medicina. En todos estos campos, su mente lúcida quiso separar la palabrería (que siempre es necesaria) del núcleo de las verdades ocultas. Parte de su fama posterior se debe a su trabajo sobre la circulación pulmonar descrita en su obra Christianismi Restitutio (La Restitución del Cristianismo).Repudiado tanto por los católicos como por los protestantes fue arrestado en Ginebra, sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera por orden del Consejo de la ciudad, cuando en ella predominaba la influencia de Juan Calvino.

Servet ha pasado a la historia de la ciencia por haber descrito la circulación menor de la Sangre. Sostenía que el alma era una emanación de la Divinidad y que tenía como sede a la sangre. Gracias a la sangre, el alma podía estar diseminada por todo el cuerpo, pudiendo asumir así el hombre su condición divina. Según Servet, la sangre es transmitida por la arteria pulmonar a la vena pulmonar por un paso prolongado a través de los pulmones, en cuyo curso se torna de color rojo y se libera de los vapores fuliginosos por el acto de la espiración.

Christianismi Restitutio fue publicado anónimamente a principios de 1553, de nuevo con gran escándalo. Las sospechas caen sobre este español heterodoxo y libre. La Inquisición de Lyon recibe parte de la correspondencia intercambiada entre Calvino y Servet, tras lo cual Servet es detenido, interrogado y encarcelado en Vienne. El 7 de abril de ese año, 1553, sin embargo, logra evadirse y el 17 de junio es sentenciado a muerte in absentia, siendo quemado en efigie. Pero de nuevo es capturado y llevado a la hoguera.

Independientemente de la importancia de sus descubrimientos fisiológicos o de su labor como polemista religioso, los sucesos que acarrearon el juicio y muerte de Miguel Servet se han considerado como punto de arranque de la discusión que condujo al reconocimiento de la libertad de pensamiento y de expresión de las ideas. Asimismo, las Iglesias Unitarias, surgidas de los movimientos antitrinitarios del siglo XVI y posteriores, consideran a Servet su pionero y primer mártir.

La ejecución de Servet escandalizó a muchos pensadores de toda Europa, principalmente en el ámbito protestante, que se oponían a que se matara a las personas por razones de fe. Destaca particularmente la defensa de Servet que realizó Sebastián Castellion: «Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un hombre.»

Marian Hillar, estudioso polaco-norteamericano de la obra de Servet, hizo la siguiente evaluación sobre el impacto perdurable que tuvo la ejecución del erudito español: «Fue el punto de inflexión en la ideología y mentalidad dominantes desde el siglo IV. […] Históricamente hablando, Servet murió para que la libertad de conciencia se convirtiera en un derecho civil en la sociedad moderna»

 

Leandro Sequeiros/ Asociación Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica

MATAD A SPARROW

“(…) mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un comienzo tan sencillo, infinidad de formas cada vez más bellas y maravillosas”. Así termina El Origen de las Especies de Charles Darwin. Pero desde el siglo XIX la desaparición de especies y de hábitats se ha acelerado tanto que ya se habla de una extinción masiva comparable a las ocurridas en el Pérmico, el Triásico o el Cretácico. La situación es tan crítica que las Naciones Unidas declararon 2010 como Año Internacional de la Diversidad Biológica, celebrándose el mes de Octubre pasado en Nagoya (Japón) la Conferencia sobre Biodiversidad de Naciones Unidas.

El año ha pasado sin pena ni gloria mediática y podemos hablar de un fracaso en los grandes objetivos marcados ya que las especies naturales están aún más amenazadas y los ecosistemas continúan degradándose. La propia Unión Europea lo reconoce sin tapujos. Y el resto calla y otorga. En realidad parece que tenemos cosas más serias en las que ocuparnos.

¿Por qué esta pérdida de biodiversidad? Las causas primeras son las de siempre: sobreexplotación, pérdida de hábitats, cambio climático y contaminación. Además, este año se añade la crisis económica sistémica. Dentro de un sistema de capitalismo financiero, la conservación de la biodiversidad es un factor externo a los intereses monetarios y por tanto no ocupa un lugar prioritario en las agendas políticas. Los ciudadanos perciben la protección del medio dentro de la falaz dialéctica “hombre frente a naturaleza” como si el ser humano y sus intereses no estuvieran unidos a la urdimbre de la Vida. Para complicar las cosas, hay un alejamiento de los conocimientos científicos y de la racionalidad sustituyéndolas por posturas emocionales o dirigidas ideológicamente. La irracionalidad arrasa con el planeta. Sufrimos la beatería ambiental, la hipocresía y la propaganda que usa de especies señuelo, en las que se gastan auténticas fortunas, para disimular las actuaciones que destruyen poblaciones sanas de organismos menos fotogénicos. El conocimiento real de la Naturaleza se sustituye por documentales, galardonadas películas o visitas a los parques temáticos, acuarios, zoológicos y jardines botánicos. Los naturalistas o se criminalizan o se convierten en turistas de naturaleza a los que explotar. Así no es difícil imaginar que algunas de las actuaciones de nuestros gobernantes dejen mucho que desear en materia de protección de la diversidad biológica.

Un ejemplo de esta irresponsabilidad en la gestión de la biodiversidad es el declive de las poblaciones de gorriones comunes (Passer domesticus) en las grandes ciudades del mundo desarrollado. De hecho esta especie tan común, que nos acompaña desde el Neolítico, casi ha desaparecido de grandes ciudades como París, Londres y Praga. En España la situación de la especie es preocupante en Madrid y Barcelona, donde su número ha descendido bruscamente en la última década. Paradójicamente el gobierno foral de Navarra (Orden Foral 351/2010) ha decidido permitir la captura y eliminación de los gorriones a los que consideran una plaga. Estos sinsentidos alejan la solución y empeoran el problema.

A pesar de ello y en palabras de Edward O. Wilson, padre del término Biodiversidad: “Con el fin de salir del atolladero, se necesita con urgencia una ética global de la Tierra. No una ética cualquiera, que puede gozar quizá de un sentimiento complaciente, sino una ética basada en la mejor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea que la ciencia y la tecnología puedan proporcionar. Es indudable que el resto de la vida es importante. No hay duda de que nuestra gerencia responsable es su única esperanza”.

Rafael Blanco Moreno. Profesor de Biología y Geología.
Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica